Hoy voy a hablaros de mi alumno Juan Pedro. Juan Pedro es un chico muy especial, tiene muy buenas habilidades cognitivas, un desarrollo del lenguaje más que aceptable y muy buena disposición para el trabajo; curricularmente se encuentra al mismo nivel que sus compañeros de 2º de primaria, pero Juan Pedro presenta algunos problemas de conducta.
Cada vez que atiendo a otro chico en clase en lugar de a él, comienza a llorar. Si levanto el tono de voz o muestro algún tipo de enfado o seriedad con otros alumnos Juan Pedro rompe lo que tiene en las manos y grita. Si el ambiente en clase está alborotado (no siempre es el remanso de paz que nos gustaría) Juan Pedro comienza a ponerse nervioso y a repetir ecolalias incesantemente. Todo esto es lo que dificulta a Juan Pedro su integración en un aula ordinaria.
¿Cómo me planteé la intervención conductual en este caso?
Traté de utilizar las características de Juan Pedro para aprovecharlas a su favor. En este caso se trata de dos aspectos: tiene lectoescritura y es un chaval que debido a su falta de flexibilidad se beneficia especialmente del uso de la agenda para estructurar el día. Teniendo en cuenta estos dos aspectos hemos creado un panel de normas para el aula.
Todos los días escribo en una pizarra la agenda del día y en otra pizarra las normas del aula, por ejemplo:
- Permanecer tranquilo, sin llorar, sin gritar y sin dar golpes
- Trabajar solo mientras Lucía atiende a los compañeros
- Pedir ayuda llamándome por mi nombre cuando me necesite, etc.
De esta forma Juan Pedro tiene escrito lo que ha de hacer en los momentos de ansiedad y por mi parte únicamente tengo que anticiparme a las situaciones e instarle a leer las normas. Por ejemplo, antes de trabajar con otro compañero le hago leer la norma referida a esta cuestión. Si veo que al cabo de un rato se impacienta, le invito a leerla de nuevo.
Al comenzar a usar la pizarra de normas Juan Pedro necesitaba que se lo recordara con bastante frecuencia, pero con el paso de las semanas apenas es necesario. Él tiene el recordatorio visual de forma permanente y las lee cuando las necesita. Incluso en alguna ocasión se ha levantado a escribir normas nuevas.
En resumen, se trata de una estrategia que en este caso concreto nos ha resultado de mucha utilidad logrando que Juan Pedro controle de forma autónoma y eficaz su conducta en el aula, disminuyendo notablemente los episodios inadecuados. Además, una vez se ha demostrado su efectividad es posible trasladarla a otros contextos como el hogar o el centro ordinario, con lo que vamos a favorecer su integración escolar.
Saludos y hasta dentro de unos días
Felicidades por este blog tan chulo….
ya me gustaria a mi que con mi hijo empleasen pautas parecidas
Muchas gracias Carycel, espero que puedas sacar cosas interesantes para el trabajo con tu hijo.
Saludos
Carycel, he borrado tu comentario para que no está tu mail a la vista de todo el mundo ¿vale? pero ya lo tengo yo.
Saludos…