Refuerzo Positivo

Hoy he tenido reunión con un padre y me ha dicho algo que me ha hecho reflexionar: “lo bien que funciona con Jorge el refuerzo positivo, es increíble lo bien que aprende cuando no se le riñe y se le ofrecen premios”.

Nosotros empleamos habitualmente el refuerzo positivo como estrategia metodológica  y es necesario tenerlo siempre presente y saber de qué manera podemos aplicarlo en cada alumno para que resulte realmente efectivo.

Por lo general obtendremos mejores resultados premiando las conductas adecuadas que corrigiendo las inadecuadas.

Es conveniente pues, en esta línea, tener en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Establecer qué objetos, alimentos o actividades resultan reforzadores para cada alumno y hacer acopio de ellos en el aula.
  2. Emplearlos para reforzar las conductas positivas o para reforzar la ausencia de conductas negativas: por ejemplo, si un alumno se come los lápices yo puedo reforzarle cada x tiempo por no hacerlo y después aumentar el intervalo de forma paulatina.
  3. Emplear claves visuales para la administración de los refuerzos. Esto es importante para varias cuestiones:
  • En programas de aplicación de contingencias para modificación conductual. La exposición visual ayuda a que el alumno se controle o realice la actividad indicada sin olvidar que tras ello recibirá su refuerzo. Es un recordatorio visual.
  • En casos de ansiedad por la llegada del refuerzo: sirve para aclararle al alumno que va a llegar cuando se den unas características preestablecidas (al terminar una actividad o tras x intentos, etc.)

Además de estas sugerencias , para favorecer el uso de este recurso metodológico es muy importante aprender a hablar en positivo, decirle al alumno lo que debe hacer, no lo que no debe hacer. Algunos ejemplos pueden ser:

  • «Manos quietas» en lugar de «No toques eso»
  • «Habla bajito» en lugar de «No grites»
  • «Recoge los juguetes» en lugar de «No tires los juguetes al suelo»

Todo esto nos va a servir, además de para crear un clima positivo y de refuerzo en sustitución de las “regañinas”, para dar al alumno un modelo claro de lo que esperamos de él. En ocasiones si le increpamos a que no haga algo es posible que no sepa qué hacer después, de esta forma le mostramos cual es la conducta adecuada alternativa a la que estaba realizando.

Esto son sólo algunas sugerencias de uso del refuerzo positivo pero su aplicación es mucho más amplia y se puede extender a todas las situaciones. Asimismo son estrategias que resulta muy útil enseñar a las familias para mejorar la relación y convivencia con sus hijos.

Saludos y hasta dentro de unos días

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Un comentario

  1. Hola,
    son las pautas que intentamos seguir siempre tanto en la terapia como en el día a día con mi hijo. A nosotros nos están funcionando de maravilla.

    Besotes y enoharueba como siempre por el blog.

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